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​Los que escribimos en este blog tenemos algo que decir que muchos medios no quieren o no pueden publicar.

Y llegará la libertad

3/22/2020

1 Comment

 

Por Rafel Campoamor

Certificado de Estudios Afrolatinoamericanos
Harvard, marzo 2020 

​Afrodescendiente. Afrolatino. Afroamericano. Lo de Afro, tiene su razón de ser en África. Tenemos aquellos que viven en el gran país entre Canadá y México (unos 38 millones), y que son reconocidos como afroamericanos, pero también hay denominaciones como N-word, nigger, boy etc. Tenemos una pequeña parte de la familia que vive en las islas del mar Caribe, en las tres Guayanas (Guyana, Guyane y Surinam) y en Belice. Y tenemos la mayor parte de la “familia”, los afrodescendientes que vivimos en unas de las naciones entre el Rio Bravo y la Patagonia (unos 150 millones)1 que utilizamos a veces, el afro”paísdenacimiento” como etiqueta identitaria, “afrolatino” como termino genérico y también nos dicen negro, preto, niche, mulato, jabao etc. Es a esta parte de la familia que dedico este artículo.
El termino afrolatino, hace aparecer un costado que asociamos con África, España y Portugal. Con África, tenemos en común muchas raíces, aunque no hablamos las mismas lenguas2. La historia quiso que los que fueron obligados a irse, hablan lenguas diferentes a los que lograron quedarse2. En las Américas, los afrodescendientes fueron sometidos a la lengua del colonizador. En esas lenguas, hemos descubierto un mundo que nos reservó un espacio bien definido. El color de nuestra piel nos hacía despreciables y nuestra procedencia africana nos hacía atrasados, incultos, salvajes, no humanos. Por cinco siglos hemos cargados con esa herencia que implica una dicotomía antagónica de amor-indiferencia y no identidad. África ignora a los afros de las Américas, posiblemente por su latinidad española. España y Portugal se desentienden de esos “afrolatinos” que tienen tan visible, esa parte de africanos. Y a nosotros en el medio, solo nos queda el repliegue a la identidad nacional. No existimos como afrolatinos3.  La “nación” nos tolera como afro”nacionales”4 y nos prefiere como nacionales de segunda categoría. En mi periplo por América Latino y África, pude constatar personalmente ese “status quo” que nos imponen desde las independencias y las aboliciones, poco importa el orden.
 Los 130 millones de afrolatinos, necesitamos de un activismo continental, necesitamos ahora más que nunca, de un movimiento5 fuerte, un movimiento panamericano que pueda federar nuestras luchas, nuestras identidades y nuestras aspiraciones. África, Europa y el liderazgo blanco del continente pudieran son nuestros invitados de honor en ese gran proyecto. Pero la locomotora será AfroAmérica. Este artículo es un grano de arena a esa extensa conversación.
 
1 – La Guinea Ecuatorial tiene una población de 1.3 millones de habitantes, pero no podemos considerarlos afrolatinos. Igualmente, los 300 mil habitantes del Sahara Occidental, que fue una provincia española tampoco son considerados afrolatinos.
2 - Las lenguas traídas por los africanos de África, prevalecieron solo en algunos rituales religiosos
3 – Los blacktinos o afrolatinos en EEUU es solo una referencia anecdótica.
4 – afrocubano, afrocolombiano, afromexicano, etc
5 - Llámese congreso, organización, partido o el termino justo que englobe un “poder” continental.

 
La Identidad Correcta.


Mi pasaporte es cubano. Por el color de mi piel soy negro. En el mundo del activismo antiracista soy afrodescendiente. Me identifico con las religiones afrocubanas. En Estados Unidos no me consideran black ni americanoh (como a la Ifemelu de Chimamanda), ni afroamericano como a Spike Lee o Forest Whitaker, sino hispano o latino. Pero como Shakira o JLo también son latinas, pero en sus países de nacimiento (Colombia y Puerto Rico) son blancas, entonces yo soy afrolatino. Todo eso son componentes de mi/nuestra identidad. Pero todavía seguimos buscando la identidad correcta.
Afrodescendiente, Afrolatino, Afroamericano. son términos de reciente creación.
La intención que mueve esa práctica de lo que llamamos “políticamente correcto” es loable. Es el intento de evidenciar situaciones de exclusión, de flagrante injusticia, y su visibilización oral es ya un primer paso para su erradicación.
 ¿Cambian efectivamente las cosas por un cambio en su designación?
Para los activistas antiracistas como yo, sin lugar a duda sí. Es un primer paso para evidenciar ciertos problemas, aunque ha sido poco el tiempo, desde que se inició el cambio de la narrativa. (Conferencia de Durban, Sudafrica 2001)
 Abordar las diferencias conceptuales de estas denominaciones, tiene su pertinencia para avanzar en la comprensión de este peliagudo tema, empezando por la deteriorada identidad que sufrimos los descendientes de africanos en el continente. En efecto, Afrodescendiente hace referencia a las personas nacidas fuera de África que tienen antepasados de dicho continente. La mayoría de los afrodescendientes son descendientes de personas secuestradas y trasladadas desde el África negra con destino a América, Asia y Europa principalmente para trabajar como mano de obra esclavizada.
También son afrodescendientes los descendientes de africanos en cualquiera de sus líneas, nacidos fuera del continente africano debido a las migraciones internacionales actuales y pasadas.
Ciertos estudiosos, partiendo del principio que África es la cuna de la humanidad, piensan que el significado de la palabra “afrodescendiente” fue adoptado y acomodado por un sector ultraconservador de las Naciones Unidas (ONU), para identificar únicamente como tales, a aquellos descendientes de los africanos que fueron esclavizados en América hace 500 años, para de esta forma esconder o soslayar el origen africano subsahariano de los europeos, norteamericanos blancos, asiáticos, mestizos, e indios de América.
El término “afrolatino”, describe a personas latinoamericanas que tienen raíces africanas. Dicho en el otro sentido, son afrodescendientes de las Américas que hablan lenguas latinas. Este término es mucho más visible en Brasil y los Estados Unidos y mucho menos utilizado por las personas de color en el resto del continente.
África es un continente. España es un país. Tenemos una relación filial con un continente que en definitiva es nuestra verdadera Madre Patria Biológica y tenemos una relación lingüística con un país al cual debemos considerar la Madre Patria (yo diría adoptiva) por voluntad del hombre colonizador y de sus herederos. Esa “Madre Patria” es la propietaria absoluta de las palabras que utilizamos en el cotidiano y su Real Academia de la Lengua decide lo que es correcto y lo que no lo es. Todos hemos notado la aparición e instalación de “nuevas” palabras en el subconsciente colectivo y eso no es solo importante para nuestra autoestima. Es sobre todo un reconocimiento público a nuestro grupo social, con nuestra agenda específica. Posiblemente esa sea una de las explicaciones por lo que la élite criolla nos prefiere como nacionales y no como afronacionales. El miedo al negro es aún latente y temen que esos detalles se traduzcan en organización y movilización de nuestra comunidad y en cambios sustanciales que pongan en peligro la dominación que aún ejercen sobre nosotros.
Mi compatriota Patterson lo explica muy bien en uno de sus últimos escritos. En ese magnífico trabajo, aflora un excelente análisis sobre todos esos momentos de nuestra historia en que la raza y la identidad han sido de importancia capital para nuestro futuro. Empezando por nuestro Apóstol José Martí con aquella frase que La Revolución todavía utiliza para enviar a más tarde la conversación sobre el racismo: “cubano es más que blanco, más que mulato, más que negro”.
Esa frase “elimina lo más sustancioso, a saber: el universo específico que crea la confluencia de dos culturas que, en interacción, generan algo nuevo, y –lo que es más importante– elimina la agenda de los negros como grupo social específico”.  Enrique Patterson “Cuba: discursos sobre la identidad”
“En Cuba no hay temor alguno a la guerra de razas. Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro. Cubano es más que blanco, más que mulato, más que negro. (...)
En la vida diaria de defensa, de lealtad, de hermandad, de astucia, al lado de cada blanco, hubo siempre un negro. (...) Los derechos públicos, concedidos ya de pura astucia por el gobierno español e iniciados en las costumbres antes de la independencia de la isla, no podrán ya ser negados...”
José Martí, “Mi Raza” (Patria 16 de abril de 1893)
El engaño de la igualdad o la comedia de la abolición
Esta sección también pudiera llamarse “El engaño de la abolición o la comedia de la igualdad”.
Un proverbio africano, ilustra de forma ejemplar, la profunda incomprensión que tenemos los afrodescendientes cuando nos hablan de abolición de la esclavitud y de esa igualdad que supuestamente disfrutamos.
"Hasta que los leones tengan sus propios historiadores, las historias de cacería seguirán glorificando al cazador." 
Para los que nacimos en Cuba con la llegada al poder de un grupo de jóvenes con ideas marxistas al final de los años cincuenta, la historia que estudiamos en la enseñanza medía tenía sus fundamentos en el materialismo histórico y los sistemas socio económicos basados en los modos de producción y las relaciones sociales. Según Marx en la historia humana se conocían 5 formaciones social históricas que fueron la comunidad primitiva, el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo y finalmente el socialismo. 



Desde el punto de vista de un africano traído a América a trabajar para una familia europea que compró nuestras vidas como una simple mercancía o una bestia de carga, toda esa visión marxista eurocéntrica fue solo una evolución del segundo sistema. Primero nos compraron o nos cazaron en África y nos trajeron a estas tierras que ellos ya se la habían apropiado a cambio de nada. Unos siglos después (2 o 3 según el país) sucedieron ciertos acontecimientos, empezaron ciertas transformaciones de nuestro estatus.  A esos acontecimientos le llamaremos, o mejor dicho, ellos le llamaron, independencia, abolición, emancipación. Le siguieron periodos de reconstrucción y segregación y hoy estamos en el periodo democrático. De la misma forma que Microsoft nos tiene acostumbrados a pasar de un sistema o modelo a otro, solo cambiando de versión, así mismo ha pasado con la esclavitud. Hemos tenido ese innoble sistema por los últimos 500 años y solo hemos cambiado de versión, de narrativa y terminología. En 2020 tenemos la esclavitud 5G o 5.0. Emanuel Kant con “Crítica de la razón pura” y Achille Mbembe con “Crítica de la razón negra” son los autores intelectuales de esa conclusión. En el mundo de hoy, no solo los afrodescendientes son negros. En el mundo en que vivimos, todos somos negros.al servicio del sistema. En nuestra modernidad, la razón pura ya no tiene nada de pureza. La idea “civilizadora” de la abolición era establecer la diferencia neta entre lo humano y las cosas. El esclavo era una cosa. Ahora no somos esclavos, somos asalariados o desempleados o presidiarios. Es decir, una cosa al servicio del mercado. ¿De qué libertad estamos hablando?
Varias razones me motivaron a inscribirme en el “Certificado de Estudios afrolatinoamericanos” organizado por la Universidad de Harvard en Massachussets. Mi curiosidad intelectual necesitaba enriquecerse con el punto de vista de una academia con mucha reputación pero que ha mostrado bastante distancia e indiferencia hacia la historia y las problemáticas de nuestra comunidad.  Mi esperanza es poder, con los conocimientos adquiridos en este curso, llevar mi activismo con una mejor compresión sobre temas como:
las desigualdades que hemos sufrido por ser lo que somos o lo que otros han decidido que seamos, la política que ha permitido y permite todo eso, la cultura que hemos traído de la Madre Patria África y que aún conservamos y los espacios transnacionales que se han creado con las nuevas fronteras que tenemos en el continente.
 
Nuestro Activismo
En los últimos años, muchas instituciones académicas en el mundo le están dedicando tiempo y recursos al estudio de “nuestra” minoría. Me refiero a los 150 millones de afrodescendientes que viven en Latinoamérica y el Caribe. ¿Podemos considerar esos estudios como parte de nuestro activismo?
La importancia numérica de la diáspora africana en esta parte del continente es tal, que la Unión Africana nos otorgó entidad como la sexta región.
Muchos estados en el continente han creado leyes y celebraciones para amplificar la inclusión o disminuir la exclusión de nuestra minoría.
El Parlamento Indígena y Afrodescendiente de América (PIAA) fue fundado en 1987 en Panamá e instaurado en 1988 en Managua. Ese parlamento, que es considerado un ente supranacional, supuestamente da muestra de la cada vez mayor participación de los pueblos indígenas y afrodescendientes para dejar la invisibilidad en la que nos han sumido los diversos gobiernos de América.
Varios eventos de dimensión continental han sido organizados en los últimos años como el Coloquio Internacional Afrodescendiente en sus tres ediciones (Brasil, 2012; México, 2015, y Colombia, 2017),
La Organización de Estados Americanos (OEA) ha reconocido a ciertas organizaciones individualmente en su registro de organizaciones de la sociedad civil.
El Grupo Banco Mundial llevó a cabo un minucioso estudio en 2018 sobre los afrodescendientes en Latinoamérica y ha publicado el reporte “Afrodescendientes en Latinoamérica: Hacia un marco de inclusión”. Tenemos organizaciones que ponen de manifiesto los beneficios significativos de trabajar en redes nacionales e internacionales. Las redes internacionales más mencionadas son la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, la Organización Negra Centroamericana (ONECA), Afroamérica XXI y la Red de Oficinas Regionales para el Análisis de Políticas de Equidad Racial (ORAPER).
Desde España la Secretaría General Iberoamericana (SEBIG), ha estado trabajando en la revalorización de las aportaciones de los afrodescendientes a la identidad iberoamericana y ha publicado un informe sobre las organizaciones afrodescendientes en el continente.
Mediante un mapeo por país se comprobó la existencia de 201 organizaciones:
13 de la Argentina, 6 del Estado Plurinacional de Bolivia, 14 del Brasil, 5 de Chile, 56 de Colombia, 19 de Costa Rica, 6 de Cuba, 28 del Ecuador, 1 de El Salvador, 2 de Guatemala, 7 de Honduras, 15 de México, 2 de Nicaragua, 8 de Panamá, 1 del Paraguay, 7 del Perú, 5 de la República Dominicana, 5 del Uruguay y 1 de la República Bolivariana de Venezuela (SEGIB, 2016).
Esa organización española, cuenta con una base de datos de 869 organizaciones, las cuales, por una serie de diversas razones, no contestaron las preguntas realizadas y, por lo tanto, no pudieron ser incluidas en el relevamiento. Por ejemplo, en Cuba se cuentan solo 6 organizaciones y en un reciente mapeo ya se contaban más de 40.
Una vez el mapeo realizado aparecen las preguntas sobre la interacción de estas organizaciones a nivel nacional y continental ¿Qué hubiera sido del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos, si los líderes de ese movimiento se hubieran limitado a empujar iniciativas pero que se limitarían a las fronteras de los estados nacionales de la Unión Americana? ¿Porque tenemos una nación Garifuna, una nación Kurda pero no una nación Afroamericana por todo el continente? ¿Porque el Parlamento Indígena y Afrodescendiente realiza tantas actividades para los indígenas y tan pocas para los afros?
Como señala nuestro colega, el intelectual afroecuatoriano Jhon Anton en su reciente libro “Pueblos Afrodescendientes en América Latina: Realidades y Desafíos”, las debilidades de las organizaciones y de su lucha, según las propias organizaciones informantes, son varias, aunque dos son las temáticas con mayor cantidad de menciones.
1.  la dependencia económica de las organizaciones, ya que se mantienen exclusivamente gracias al aporte de sus miembros, motivo por el cual muchas no logran sobrevivir. A este respecto, ciertas organizaciones mencionaron que el 70% de las organizaciones finalmente sucumben. En este sentido, las sociedades demandan a sus respectivos Estados que aporten recursos de algún tipo para garantizar la supervivencia de las organizaciones, ya que estas realizan acciones y ofrecen servicios dirigidos a suplir las falencias del propio Estado.
2. La falta de coordinación entre las organizaciones cuando se trata de tomar decisiones colectivas, y la falta de mecanismos de control y de seguimiento de los procesos iniciados, por lo que se requiere lograr una mayor articulación entre las organizaciones y formular un programa común, aunque sea mínimo, de objetivos y demandas.
A esas dos debilidades yo adiciono una que me parece capital.
3. La falta de integración continental de las organizaciones, que permitan un accionar con la entera participación  de su amplia base natural de 130 millones de afrodescendientes. Es sobre esta tercera debilidad que se sitúa y se encamina mi activismo
Mi Activismo
Mi nombre es Rafelrey. Mi padre y mi abuelo se llaman Rafael. Mi padre quería que yo fuese Rey. Por eso lo puso en mi nombre: Rafelrey.
Mis apellidos son Campoamor Sanchez. Esos apellidos no existen en África.
Campoamor posiblemente venga de Asturias y Sanchez puede venir de cualquier lugar de la geografía ibérica. Mis padres son una mezcla de gente que llegaron a aquella isla desde afuera.
Unos llegaron voluntariamente de un país. Otros fueron traídos a la fuerza, de un continente. Los ancestros de los que llegaron del país, ya los he visitado en Asturias,
 Los que llegaron de aquel continente, todavía los estoy buscando. Esa búsqueda es quizás el inicio y una componente importante de mi activismo “a moi”, el activismo con el que me siento realmente comprometido.
Nací en un país en revolución. Un país donde a los ciudadanos les correspondía defender, disfrutar y obedecer... “a La Revolución”. La Revolución exigía una lealtad absoluta desde la cuna hasta la tumba. El antirracismo, declinado en sus versiones antisionismo/antiapartheid (en paralelo con el antimperialismo) eran unos de los principales baluartes y apoyar la revolución entonces, era apoyar, entre otras cosas, esas causas que tenían como principal escenario, destinos fuera de Cuba (EEUU, Israel, Sudáfrica). Ingenuamente crecimos pensando que éramos “de facto” activistas antirracistas.
El antirracismo revolucionario se traducía principalmente en tres direcciones de la política exterior de la Cuba de los 60-80:
- apoyo a los afroamericanos en su lucha por los derechos civiles,
- apoyo a los africanos en su lucha contra el colonialismo,
- apoyo a Mandela y el ANC en su lucha contra el apartheid y a la OLP contra Israel.
Con hechos concretos y muy mediáticos, esa política se traducía con gestos altamente simbólicos como la visita de Fidel a Harlem y su encuentro con Malcom X en el Hotel Teresa.
Unos años más tarde vinieron las campañas en apoyo a Angela Davis, los Black Panters. el asilo otorgado a Assata Shakur (Joanne Chessimard para las autoridades norteamericanas) y la ayuda a La Nación del Islam, dirigida entonces por Elijah Muhammad y actualmente por Luis Farrakahn.
Fue también la época de la victoria del MPLA en Angola y de la operación Carlota con un ejército de 50 mil hombres. Esa brigada militar (en Cuba la llaman brigada internacionalista) estaba comandada por un grupo de oficiales, en su gran mayoría blancos que daban directivas y ordenes a los soldados, en su mayoría afrodescendientes.
En cuanto a la política interior, el racismo entre cubanos también era una de las cosas que estaba supuesto cambiar. En las propias palabras del líder, Revolución es cambiar, todo lo que debe ser cambiado. Pero la Revolución tenía otras prioridades que debían subordinarse a una idea mayor: “dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada”.
La primera prioridad era entonces, la unión de la nación y hablar de raza era un acto de desunión y de contrarrevolución. La revolución era profundamente martiana y con frecuencia nos recordaban el pensamiento martiano sobre la raza. Fernando Ortiz y su obra “El engaño de las razas” no hacía parte de mis lecturas del proletariado revolucionario.
Así transcurrieron mis primeros 20 años de vida, en un país con una fuerte cultura del adoctrinamiento político, donde todos los estratos de la población, incluyendo niños y adolescentes eran “bienvenidos” en el compromiso colectivo decidido por la dirección de La Revolución.
Después de mis estudios en la Universidad Lomonosov de Moscú, logré escapar a París. Llegaba a la ciudad luz con la gran esperanza de vivir el legendario lema “Liberté, Egalité, Fraternité” de esa otra Revolución (1789). Pero descubrí otra realidad. La histórica victoria del presidente socialista Francois Mitterand en 1981 dio paso a un periodo de incertidumbre política y la extrema derecha del Front Nacional liderada por Jean Marie Le Pen, culpaba a los extranjeros de todos los males del país.
 Al mismo tiempo, Michel Rocard, Primer Ministro de aquel gobierno “socialista” explicaba a la prensa que “la France ne peut pas accueillir toute la misere du monde”.(Francia no puede acoger toda la miseria del mundo).
Fueron en esas circunstancias que se reactivó mi militantismo antiracista, tomando parte en las actividades de la organización “SOS Racismo”, del líder afroantillano Harlem Desir.
¿Fue ese paso a la acción, una reacción de autoprotección ante las agresiones de los racistas que me gritaban “Dehors(Pa’fuera)!!!” ?
No lo sé.
Pero lo que si ocurrió es que, aquellos enfrentamientos cuerpo-a-cuerpo con la extrema derecha, en el mismo corazón de la Europa abanderada de los derechos humanos, provocaron en mi un despertar sobre mi historia, mi identidad, la verdadera lucha antiracista y mi vocación a empezar a despertar a los que estaban a mi alrededor, sobre esa temática.
Es entonces que se amplificaron mis investigaciones sobre la cultura africana y afroamericana (entiéndase Afroamérica como todo el territorio de asentamiento de la diáspora africana desde el norte hasta sur del continente). Desde Paris comencé a descubrir historias que nunca imaginé posible, como la del alcalde negro de Paris Severiano Heredia, nacido en Cuba en 1836 o la “Venus Hottentote”. cuyo nombre real era Sara Baartman, mujer sudafricana de la etnia khoikhoi, exhibida durante años como atracción secundaria circense en Londres y en Paris. Sara murió a los 25 años, sola enferma y alcolizada y sus restos fueron conservados en el Museo del Hombre en Paris, hasta que Nelson Mandela los reclamó en 1994.
Muchas fueron las visitas a bibliotecas, museos y exposiciones que presentaban valiosa información sobre nuestra historia y aún recuerdo la visita a los huesos de Ishango que se conservan en el Museo de Historia Natural de Bruselas. Había pasado toda mi vida dando crédito a las versiones eurocéntricas de los orígenes de las matemáticas y la astronomía y ahora resulta que en realidad los Ishango del Congo fueron los primeros grandes genios de la humanidad. A esa época también aparecieron en mi universo intelectual, libros de Cheikh Anta Diop, Aimé Cesaire. Frantz Fanon, Leopold Senghor, Web DuBois, James Baldwin y otros pensadores ilustres de nuestra cultura.
Estuve trabajando por dos décadas en la industria del servicio informático en Francia y otros países de Europa. Siempre me gusto viajar y explorar otras latitudes. Como jefe de proyecto para operaciones off-shore pude apreciar el racismo cotidiano de las naciones “civilizadas” Y todo eso hizo más fuerte la idea del reencuentro con mis antepasados en África y el abrazo con los hermanos de la Abya Yala (utilizando el nombre que tenía América en el lenguaje de los nativos Guna).
A finales del 2009 se presentó la gran oportunidad.   Desde diciembre 2009 a marzo 2012 pude concretizar ese sueño de visitar las comunidades negras del continente y pisar la tierra bendita mama África.
Mi experiencia profesional en el mundo de las nuevas tecnologías, me hacían pensar que la ayuda más pertinente sería ayudar a enfrentar la brecha digital. La brecha digital afecta principalmente a las poblaciones más pobres que no pueden costear el material tecnológica y el acceso al ciberespacio, no tienen la instrucción para utilizar los equipos y los pocos que la tienen, utilizan solo un 15% de las posibilidades de esas nuevas tecnologías.
En las navidades del 2009 comenzó esa exploración del continente que era el hogar de tantos millones de mis hermanos de historia. Fue un viaje de Norte a Sur con una mochila y una computadora portátil. Fue un viaje muy instructivo y enriquecedor, que tuvo como inspiración mi necesidad de conocer nuestra América cimarrona. Yo titulé ese viaje, “La Gira de los Palenques” (Palenque Tour) y mi objetivo era descubrir los asentamientos históricos de aquellos que como mis antepasados llegaron esclavizados a este continente. Mi proyecto era un intercambio; yo quería ayudar a los más pobres. Y es ahí que llego a mi primera gran constatación. La pobreza en nuestra América tiene color. Los más pobres eran casi siempre los de la piel más oscura. El deal era:
Yo, les ofrecía cursos de iniciación a la utilización de un computador, la navegación en internet y el uso de las redes sociales para el empoderamiento;
Ellos, me conseguían un lugar en la comunidad donde yo podía instalar mi tienda de campaña.
 Así funcionó mi Palenque Tour con momentos fuertes en el Palenque de San Basilio. Tambien hubo momentos inolvidables en Quibdo y el Choco colombiano y en el pueblo de Tocaña en las montañas del Nor Yungas en Bolivia.
En todos los países del continente pude platicar y compartir con afrodescendientes locales. Solo en El Salvador y en Argentina eso fue posible. Esa experiencia desde Ciudad Juares en México hasta Ushuaia en Argentina me hizo comprender cuanto tenemos en común y que separados estamos como minoría continental. Pocos afrocolombianos saben de la historia de los afromexicanos y pocos afroperuanos tienen contactos con los garífunas o los afrouruguayos.
La experiencia africana comenzó por la ciudad del Cabo en Sudáfrica hasta Lubumbashi en el Congo, pasando por Zimbabue, Mozambique, Zambia, Malawi, Tanzania y Kenya.
África del Oeste hacia parte de mi itinerario, pero problemas de visa me impidieron continuar la experiencia en esa región.
 Mi experiencia en el activismo continuó compartiendo intensos momentos con activistas de organizaciones en Cuba como el CIR (Comité Ciudadano por la Integración Racial)
y en EEUU con la Plataforma de Integración Cubana y el ACF (AfrocubanForum) del cual soy uno de sus vicepresidentes.
Es en ese contexto que surgió la idea de crear una organización que pueda ayudar a impulsar la unión e integración de todas las organizaciones del continente.
La Organización Panamericana de Afrodescendientes tiene como vocación, ayudar a construir un mapeo permanente de todas las organizaciones afines a nuestra causa. Para eso contamos con el portal digital afropanamericana.org donde todas las organizaciones pueden registrarse y enviar información a nuestro email de contacto. El portal está en construcción y la organización también. Pero pensamos que 2020 será un año que traerá muchos frutos en la construcción de esa nación que ya tiene cinco siglos: Afroamérica.
Agradecemos a la academia Harvard por este certificado que ha logrado hacernos tomar conciencia que juntos podremos hacer mucho más.

 
Obras Consultadas
El engaño de las razas, Fernando Ortiz, 1946, Piel Negra, Mascaras Blancas, Frantz Fanon, 1952 Pichón: raza y revolución en Cuba, Carlos Moore, editorial Nandyala, 2008
Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, Declaración, Durban 2001 Critique de la raison nègre, Achile Mbembe Paris, 2013 Origen Africano de la Humanidad y los Garinagu Precolombinos.Green. G, Celestino. ISBN:978-99926-54-09-5. La Ceiba 4 de noviembre de 2013
Informe de las Organizaciones Afrodescendientes en América Latina, Silvia Garcia Savino, SEBIG 2017 Afrodescendientes en Latinoamérica: Hacia un marco de inclusión, Banco Mundial 2018 Cuba: Discursos sobre la identidad, Enrique Patterson, Encuentro del Instituto de Estudios Cubanos Pueblos Afrodescendientes en América Latina, Realidades y Desafíos, Jhon Anton, 2019 Estudios Afrolatinoamericanos: una introducción, Alejandro de la Fuente, Georges Reid Andrews, 2019

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REPARAR QUE ?

8/25/2019

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Por 191

Se está hablando con intensidad de reparación; que en español sería una suerte de resarcimiento o compensar por algo malo ocurrido a alguien en un momento pretérito. El razonamiento varía ligeramente según quien esgrime el argumento. Se habla de reparación por parte de los paises occidentales a las naciones caribeñas; se habla de reparación a los afroamericanos descendientes de esclavos; en fin, se habla, se habla, se habla.

Empecemos por decir sin la menor ambigüedad que el envío forzado de africanos por parte de europeos al hemisferio occidental para realizar trabajo esclavo no sólo fue y es un insulto a la raza humana; sino que precipitó un sin número de efectos colaterales que aún no logramos cuantificar. Óiganme bien: no solo se trató de ser enviado lejos de casa a trabajar gratis para otro; mucho más que eso; se trató de la supeditación de unos individuos al capricho de otros; de ser tratados como animales y de crear el escenario propicio para la prolongada, continua y tenaz discriminacion de unos en beneficio de otros; a pesar de los siglos transcurridos el flagelo del racismo; de los prejuicios que le acompañan y de la colonización física y psicológica no da señales de extinción. Haber vivido toda la vida tras el color de piel “equivocado” me coloca en una posición privilegiada a la hora de analizar hasta donde pudo, puede y podrá el racismo y sus prejuicios secundarios crear una dinámica injusta en virtud de la cual una parte de la población juega con cartas sin valor en una partida decidida de antemano. 

Por un lado mis correligionarios republicanos y aquellos con quien comparto persuasiones filosóficas que se empecinan en sostener que el racismo no existe; que si Jamal está desempleado y se droga; si procreó cinco hijos y no vive con ninguno y si lleva años abusando del “welfare” es conceptualmente culpa suya. Nótese que aclaro “conceptualmente” es decir; por default. Por otro lado esa izquierda perniciosa y manipuladora que luego de haber coqueteado con quien sabe que demonios racistas pretende, y de hecho logra, erigirse en los abanderados de la integración racial. Este bando es tan nocivo como el otro, pues si el primero niega lo innegable y simplifica con arrogante ignorancia el drama, el segundo lo exacerba; lo perpetua y lo saca a relucir única y exclusivamente cuando le resulta conveniente; generalmente para atacar a sus oponentes. Ah pero no seamos románticos; digamos la verdad hasta el final, en ambos bandos hay negros y minorías; últimamente muchos menos a derecha; el conservadurismo no logra sacudir el marasmo que le postra; no es capaz aún de vencer definitivamente los atávicos prejuicios que le alejan de los discriminados y continúa a tratar el tema racial con pinzas, cubriéndose la nariz, como si temiera ensuciarse; sin comprender que esta es una lucha frontal como cualquier otra y que debe tomar al toro por los cuernos. Los negros que tenemos el coraje; porque señores: para ser negro y ser de derechas se necesita coraje y una inveterada vocación; es una postura en extremo ingrata de la que rara vez salimos bien parados; decía: los que tenemos el coraje de asumir y demostrar una postura de derechas somos discriminados por partida doble; el colega de partido o de ideología que no deja de mirarnos con recelo y nos acusa de vivir en el pasado y el oponente que nos regala todo tipo de epitetos: Tío Tom, negro doméstico, calesero, traidor, renegado y muchos más hasta llegar al consabido “negro de mierda”.

Toda esta perorata anterior sirva al lector para comprender cuán consciente estoy del pasado, el presente y lo que tristemente parece ser el futuro inmediato de aquellos que de alguna manera descendemos de los esclavos africanos. 

Pero volvamos a la “reparación”; hasta donde se los que la propugnan no aventuran un proyecto de ayuda a los descendientes de esclavos que les asegure empleo; vivienda, educación; en fin: acceso al sueño americano y una posibilidad de llegar al poder y la riqueza; pues es a fin de cuentas la cercanía o lejanía de estos dos elementos (poder y riqueza) lo que indica cuán superiores o inferiores somos y determina el lugar que ocupamos en la sociedad. Hasta ahora se habla de una cifra; una cantidad, una suma; en fin: un “baro” como dirían Albertico y Esperanza y ahí mismo es donde me empiezan a dar espasmos intestinales. A cuánto por persona vamos a tocar?; quien pagará la cifra que se determine? Como probaremos si somos descendientes de esclavos o no?; como garantizar que un negro de hoy no proviene de familias que poseían esclavos? En Cuba, por poner un ejemplo, hubo negros prósperos que tuvieron esclavos; bueno estos a quien le pagan ?
Será el gobierno; ese mal necesario pero tan peligroso, quien desembolse las sumas ? Ah; esperen, el gobierno no tiene dinero; habrá que hacer lo de siempre; exprimir al contribuyente; según esta lógica mi amigo Albertico se verá obligado a pagar más impuestos para que a mi me  “reparen”; ah pero seguro que mi entrañable amigo no se quedará estafado; ahí sacara a la abuela del closet pa’ embarajar el tax y quien sabe si hasta termina cobrando el también. 

Pagaran los italianos al resto de Europa por la esclavitud a que sometieron los romanos a otros pueblos entonces ?

Cuando a Jamal le llegue el cheque con cinco o seis cifras que creen ustedes que hará? depositarlo en Chase para el college de uno de los cinco hijos de que jamas se ocupa?; para pagarse estudios de IT y así lograr un empleo decoroso?. Nada de eso; el hombrin irá derecho a donde el bookie; luego se  duchara y perfumara para disfrutar del go-go más cercano y con lo que le sobre se dará una épica empastillada de la que solo Dios lo podrá librar; a los cinco días lo verán protestando porque el dinero se le agotó y aún no está reparado. Por no mencionar los pillos de siempre; Sharpton y Jackson, que encontrarán la manera de abrir un taller de “reparación” y en ese caso Jamal no verá ni un penny. Señores; un caos; una distracción y eso es precisamente lo que algunos buscan con todo este galimatías; aunque no niego que existan personas honestas que de veras crean que la enésima coima de los mercantes de la queja sea una solución.

Los efectos de la esclavitud aún se ven; nuestra generosa e inigualable nación ha dado pasos de gigantes desde entonces y los continúa dando; pero si bien el racismo: ese andamiaje estructural basado en la coerción económica de los que tienen en detrimento del bienestar de los que no tienen según el grupo etnico de cada cual, fue eliminando de un plumazo al serle arrebatado el fundamento jurídico; subsisten los prejuicios raciales; tóxicos derivados de la estructura desmantelada que radican a nivel de la psiquis de los miembros de la sociedad y que no pueden ser erradicados por decreto; digamos que los prejuicios raciales son la neuralgia que queda luego de un molesto dolor de cabeza. Los mercantes que mencionaba antes saben esto perfectamente; son conscientes de que miles de millones de dólares no han llegado a donde de veras eran necesarios y los barrios de siempre siguen como siempre; ellos saben que sería necesario involucrar elementos como Hollywood, las compañías que nos suministran la música; la intelectualidad, el sistema escolar, la iglesia católica, la Cristiana con todas sus vertientes, los partidos políticos; todas las entidades que manejan el deporte profesional; en fin todos, un esfuerzo conjunto con vistas a recuperar la dignidad y autoestima que en muchos casos se ha perdido; ellos lo saben, pero esta tarea monumental; cargada de infinita filantropía y de genuinos deseos de mejorar el mundo en que vivimos y garantizar la preponderancia americana por muchos años más es ingrata; no da dinero, no representa una vía de célere enriquecimiento. Este tipo de empresas pueden ser llevadas a cabo solo por evangelios vivos, por esos singulares seres que se nutren con la satisfacción ajena, que miran a la humanidad por encima de los seres humanos y al hombre por encima de los hombres.

En el escenario político actual este género de individuo escasea y por ello algunos se han inventado un atajo más en este laberinto de ilusiones perdidas y traicionadas que llamamos relaciones raciales. Han extraído de debajo de la manga esta cacareada y engañosa reparación para reparar lo irreparable.
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WHY NOT

6/6/2019

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By 1912

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For years the right has allowed the left to define it; it has outrageously outsourced its own labeling; in a way, the right has suffered, or should I say self inflicted the same treatment that African Americans and minorities in general have suffered, i.e. someone else sticks a title on them; white scholars and patronizing individuals dare to assume how they feel and in so doing even dictate what they should do; well I’m a little of both: a human being on the “right” side of history as well as someone with a darker skin; and boy!!! Am I tired of being labeled by elitist merchants of grief.

I refuse to look the other way when they call me names. “Uncle Tom sera  tu madre” would be the Cuban version of my mood and it is time that all of us black Cuban Americans or black Hispanic Americans in general who want to think out of the box and stay away from the left’s plantation take control over our own lives. I will not let them dominate the rhetoric and I’m herewith calling their bluff:

We can be Republicans and admit that millions of vehicles spitting CO2 up in the air may damage our environment while we denounce Al Gore’s hypocrisy. We may be conservatives and embrace the cause that defends and validates human dignity regardless of one’s sexual inclination. We may proudly remain to the right of the political spectrum without necessarily being paralyzed or stagnant. We may advocate for fewer regulations so that business can unleash its immense potential and at the same time make sure that the economic scenario does not become a jungle in which only the very rich thrive. We can tap our natural resources so that no foreign nation or cartel of nations can extort us and at the same time we can look for any and all sources of energy so that disproportionate dependence on fossil fuel does not turn us into a fossil country. We may defend the sacrosanct right of a fetus to become a breathing human being without resorting to draconian laws that straightjacket our women.

We can, in a nutshell, be guided by common sense in all our decisions impeding that the extreme left achieves its strategic objective of pushing us to the far right; we must once and for all defeat the notion of the right being equal to bigotry and backwardness; we must unmask the left’s push for the canonization of socialism and resolutely embrace those causes that may be useful to the average American; we must not run away from an issue simply because the left has appropriated it; on the contrary we must grab it from their gnarled fingers and make it our own; we must beak all stereotypes; jump off all hurdles and emerge victorious from the ideological mud fight; one half of the country cannot and must not silence the other half; our voices must be heard loud and clear.

They call themselves progressive but they want to rewind life to the 60s and the totalitarian role of government; let’s not fear the words, progress is what we stand for; we look forward, they are fixated with failed old communist recipes that worked nowhere and ruined peoples everywhere. We represent progress, they want to push us into the abyss. We are progressive, compassionate conservatives; they are godless purveyors of evil.
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El repaso.

5/1/2019

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Por 1912

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Hace cuatro años la organización Afro Cuban Forum lanzó una idea que tenía en cuenta a los más abandonados; se trataba de una iniciativa para poner en práctica dentro de la isla por ello el término menos favorecidos no sería preciso, pues allí solo los familiares de los miembros de la Junta son favorecidos y el resto del pueblo sobrevive en el total abandono; pero estábamos apuntado a lo peor de lo peor; ayudar a jóvenes de los barrios más pobres a pagar el famoso “repaso” o la preparación para el examen de ingreso a la universidad.

Algunos podrían preguntarse si se llama Afro Cuban Forum (ACF) que hacían ocupándose de capacitar jóvenes en extrema pobreza?; bueno; primero los negros cubanos y los que se identifiquen con el soslayado problema racial en nuestra comunidad aquí y allá no debe limitarse al mero tema de razas sino velar por una comunidad más moderna y menos condicionada; por otra parte, es una innegable realidad que el sector más golpeado por el experimento social de la Junta de La Habana es precisamente el de los negros.

Pero en que consistía esta iniciativa?. Se trataba de recaudar fondos entre las familias más acaudaladas del exilio para seleccionar un grupo (con carácter experimental) de jóvenes y pagar los profesores que les condujesen a la enseñanza superior; tanto profesores preparadores como alumnos serian cuidadosamente seleccionados y monitoreados durante todo el proceso así como durante las carreras de los que lograran superar el examen. Resolvería esto el grave problema cubano?; claro que no. Pondría esta idea a estudiar a todo joven que lo mereciera? Tampoco. El objetivo era crear un precedente que sirviese de acicate para futuros programas similares y eventualmente alcanzar las siguientes metas:
1- Poner verdaderamente la cooperación hacia dentro de la isla en manos nuestras y no de burocracias condicionadas por grupos políticos.
2- Dar a la misma una continuidad más allá del mandato de tal o más cual presidente con su consabida corriente de persuasion ideológico estratégica.
3- Crear una capa de cubanos calificados que pudieran echarse encima el pesado fardo de reconstruir su país luego de décadas de desastre comunista.
4- Mitigar de algún modo el creciente y peligroso abismo que se ha creado entre los que tienen y los que no tienen; así como entre blancos y negros dentro de la isla.

La iniciativa jamás progresó y tras uno o dos contactos con compatriotas financieramente poderosos la respuesta fue que estaban dispuestos a invertir en las condiciones de vida de los futuros trabajadores en sus empresas de la Cuba de mañana pero no en este tipo de esfuerzo. Luego del tiempo transcurrido Afro Cuban Forum debe lanzar la propuesta nuevamente de modo que podamos ver dónde y cómo se posicionan los actores del “teatro” cubano y si el inagotable amor que algunos emprendedores cubano americanos dicen sentir por su país de origen se limita a esperar que el embargo sea eliminado para que los contribuyentes paguemos con nuestros impuestos el costo de sus alocadas aventuras financieras en contubernio con la dictadura o si, por el contrario, desean posicionarse como genuinos y legítimos factores de cambio.
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​EL COLOR DEL DINERO

3/29/2019

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Por 1912

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El caso de Jussie Smollet muestra como pocos el verdadero carácter de la áspera batalla que hoy se libra en nuestro gran país. Para los que somos negros debe resultar aleccionador el hecho de que un segmento de la camarilla de extrema izquierda haya perpetrado, por ahora, sin consecuencias este bochornoso ataque al sistema judicial americano. Y no deseo ser mal interpretado; tan vergonzoso episodio no resta validez a la necesidad de continuar luchando por la plena y coherente integración racial en Estados Unidos y en el mundo. Pero algo anda muy mal cuando más allá del color de la piel un imputado que al parecer ha sido sorprendido con las manos en la masa logra salir airoso de su confrontación con la ley con un poco de dinero y unas botas de charol. 

Aquí una ex jefa de despacho de Michelle Obama movió los resortes que están disponibles solo para los poderosos y el mequetrefe parece haberse librado de asumir la responsabilidad de sus actos. Pero no contaron conque a veces dentro de la misma cofradía existen intereses contrapuestos y el alcalde de Chicago; sin duda presionado por las fuerzas del “desorden” de esa turbulenta (y no me refiero al viento) ciudad, no desea entrar en la “camancola”. Se habla de que el FBI investigue cómo es posible que la fiscalía haya retirado los cargos contra este payaso que mancha el prestigio de la comunidad gay; pero vayamos por parte:
1- Este actorcito orquestó una agresion contra su persona con fines de protagonismo para ganar más dinero de 20th Century Fox; a esto convenientemente agregó un tinte político y aprovechó para demonizar a personas como yo que votamos por Trump. Todos racistas, todos apestosos, todos ignorantes, de mal gusto y xenofobicos homofobicos y cuánta enfermedad puedan endilgarnos.

2- Una ex jefa de despacho de Michelle Obama mete la mano en la candela por este invertebrado; a mi juicio no necesariamente por admiración al tipo; por sentimientos solamente no se corren tales riesgos; en mi opinión del cuartel general de los camaradas que se refugian en la casa del vecindario de Kalorama en Washington emano una orden concreta: “ el espectáculo del juicio a alguien que ha conspirado contra Trump es algo que no se puede permitir bajo ninguna circunstancia”; lo demás es ya historia.

3- Para alcanzar este objetivo la extrema izquierda no vaciló un solo momento en pasar por encima de la credibilidad de futuras víctimas de homofobia y racismo; de enfangar aún más la pobre imagen de Chicago, de poner nuevamente en tela de juicio la equidad de nuestra justicia;  a estos hijos de la buena señora no les interesa un carajo la suerte de los negros, de los pobres ni de ningún ser humano, para ellos lo fundamental es el poder absoluto.

Para aquellos que por ignorancia o por malas intenciones tratan de desviar nuestra atención de la áspera lucha de clases y la confrontación ideológica que nos aqueja hacia el tema únicamente racial se ha creado un drama: como en el caso de OJ Simpson queda demostrado que si tienes plata y/o buenos contactos o si sabes colocar tus oscuras ambiciones dentro de la agenda de algún grupo potente la justicia no te toca; la toalla que el Comintern de Washington le ha tirado al “Jamal” ficticio es un durísimo y nuevo golpe al ya precario estado social de los millones de verdaderos Jamals que son tenidos como rehenes a golpe de droga y sellos de comida en la interminable reserva ideológica de izquierda.

Nadie en su sano juicio puede negar que existen serios problemas raciales pero es falaz omitir que el fundamental problema es la abismal e injusta diferencia que existe entre los que pueden y los que no pueden, entre los que tienen y los que no tienen más allá de grados mayores o menores de melanina bajo la epidermis.
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HASTA QUE PUNTO ES ORGULLO?

3/13/2019

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Por 1912

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He venido abordando de reciente el tema racial desde perspectivas realistas; en medio de la demonización de todo lo que fue la norma hasta ayer se me hace obligatorio lanzar un llamado a la cordura, la concordia y en especial a la honestidad. Si fue injusto, inhumano y vergonzoso discriminar a individuos por sus inclinaciones sexuales; por sus creencias religiosas o por el color de su piel es igualmente injusto, inhumano y vergonzoso desatar una virtual caza a lo tradicional; mofarse de los valores religiosos de muchos de nuestros compatriotas y hasta ridiculizar a un hombre porque proclama una tenaz fidelidad a su consorte. Tolerancia no significa que ahora debamos arremeter contra todo aquello que hasta hace unos años era la norma. No por ser heterosexual un hombre o una mujer son anticuados ni obsoletos; no por ser monógamo un individuo debe ser lapidado y caricaturizado, no por ser cristiano o anglo sajón un compatriota debe sentirse incómodo y fuera del agua; y para decirlo con todas sus letras: no por ser blanco un ser humano debe endilgarse el fardo de la culpa ni sentir que desentona.

La actual retórica antiamericana; antisemita, antiblanca y anti capitalista no es más que el velado y premeditado intento de desfigurar occidente y crear un mundo de harapientos; por tentador que pueda parecer desde fuera los “menos favorecidos” debemos comprender que todo esta humareda no es más que un recurso para desviar la atención de los verdaderos objetivos de los que persiguen un nuevo “desorden”; que al final toda esta confusión no traerá ninguna mejoría a las precarias condiciones en que viven amplios sectores de la comunidad hispana y de la afroamericana; que la facilitación de cupones y el abarrotamiento del país con ilegales pobres no resuelve ningún problema sino que crea una bomba de tiempo pronta a estallar en cualquier momento.

Por otro lado, si comparamos el orgullo racial que se creó en los sesenta; los afros y el black is beauty con las pelucas y los cabellos desrizados de hoy; con mujeres negras que renuncian a su belleza congénita para teñirse el pelo; casi siempre postizo, de rubio; y se colocan lentes de contacto azules o verdes cabría preguntar si de veras muchos de estos que gritan igualdad y tildan de racistas a los demás son movidos por el genuino y sacrosanto deseo de una verdadera integración radial o simplemente, como temo en muchos casos, no hacen más que rumiar su rabia, su frustración y su resentimiento con Dios por no haberlos hecho nacer blancos.
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WANDERING OFF THE PLANTATION

3/10/2019

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By 1912

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In the wake of Trevon Martin’s killing some entertainers vowed to boycott Florida; Stevie Wonder was one of them and I hated him for that. However, no individual should be judged or defined by one isolated act. Perhaps due to his personal share of adversity or maybe because he became famous in a different era, Stevie always sprinkled his contagious funky beat with tales of love and devotion; his emergency was that the world was in need of love then and he hoped that some day love would reign throughout the world. 

Before him, Dr King and many other black leaders and celebrities denounced racism from religious, human and existencial perspectives. That is unfortunately not the case today. Rich spoiled entertainers and sports celebrities embarace martyrdom in an effort to rewrite history; the narrative is no longer pro black/white but totally and decisively anti white. There is a distinct edge of vendetta beneath the narrative and it seems that some blacks; conspicuously coached by dangerous white elitists, are solely interested in feeding whites the same poison that was forced on them decades ago; as if one wrong could right another wrong.

On the other side we have those who deny the very existence of racism and claim that it is all a communist plot to destroy America from within; well I’ve got news for both: racism exists, it is entrenched within the very fabric of our society and in the world in general and it is a pest very difficult to deal with; it is insulting that someone with a state of the art raincoat tells a naked homeless person caught in a storm that it is not raining. The vestiges of racism are so vivid that whenever a white person accuses another of racism; which lately has become a political weapon rather than a racional statement, my response is always to ask the accuser how many blacks he or she has on speed dial; the answer is invariably an unintelligible lip twist with some sort of grudging monosyllable.

But I refuse to accept that the approach has to be confrontational, antagonistic and mutually exclusive; the world is not theirs, it’s not mine, it’s not his or her; this is OUR world and it is in need of love as it was never before. I refuse to look at white people with suspicion; and I loath the notion that they have to be submitted to the same barbaric practices we were submitted decades ago; I don’t want them to go through the same ordeal; I would rather assume that I took the slaps on both cheeks so that they wouldn’t have to take them; that I fearfully stared at that charred cross in my yard so that they never had to go through such a nerve wrecking experience. My goal can never be to inflict on others what was inflicted on me; on the contrary, my goal should always be to make sure no other human being ever faces what I faced. It is imperative that we all heal together.
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Ejemplo a no copiar

3/6/2019

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Por 1912

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John F Kennedy, Camelot, el lider de la Nueva Frontera, uno de los presidentes mas populares de nuestra gran nación cometió un imperdonable pecado racial; a pesar de ser amigo de Sammy Davies Jr le retiró al mismo la invitación a su ceremonia de inauguración porque había cometido la osadía de casarse con una mujer blanca. Robert Byrd, senador demócrata por el estado de Virginia fue durante algún tiempo exponente nada menos que del Ku Klux Klan, pero con la desenvoltura que caracteriza a la izquierda pidió un par de disculpas y murió siendo un ilustre político americano que se llevó a la tumba las loas de nuestro primer presidente negro.

Bill Jefferson Clinton, Bubba, para muchos el verdadero primer presidente negro que tuvimos debido a su carácter cool y su popularidad, se permitió reprochar al difunto Ted Kennedy, hermano de aquel que le hiciera el feo a Sammy, su apoyo a Obama durante las primarias demócratas y llegó a recordarle a Ted que solo unos años antes Obama les estaría sirviendo café. Y podría continuar hasta el infinito con los episodios de racismo en la política, pero por algún sórdido motivo; nada de esto se comenta ni se discute; toda nuestra atención está en el presunto racismo del actual presidente; Donald J Trump; y no es que yo defienda a este señor a ultranza; pudiera ser un racista más como han sido muchos de sus predecesores e incluso la falta de presencia negra en su gabinete así como haber colocado al único negro miembro del mismo en una cartera que no parece ser la idónea despierta no pocas críticas incluso entre aquellos que votamos por el. Pero repito: tal parece que el racismo hubiese nacido con Trump y la historia anterior a su subida a la presidencia se hubiese esfumado.

A pesar de lo antes expuesto el presidente ha reiterado en más de una ocasión su deseo de eliminar la violencia en las comunidades pobres negras (inner cities); ha trabajado duro por evitar el excesivo encarcelamiento de infractores menores; cosa que beneficia fundamentalmente a los afroamericanos; por lograr la proximidad de los reos a sus sitios de residencia y ha declarado la guerra a los derivados del opio; todo esto tiene un efecto fundamental sobre la población negra. Cual debería ser la respuesta del liderazgo negro a las “aperturas” del presidente; incluso aceptando la peor de las hipótesis de que sea un racista redomado? Claro; han adivinado; deberían aceptar lo positivo y rechazar lo negativo; tomarle la palabra y exigirle que cumpla su promesa de trabajar por la comunidad negra. Los lideres negros tuvieron la oportunidad histórica de convertirse en la aguja de la balanza de esta administración en muchos temas; no solo el racial; tuvieron en sus manos la ocasión dorada de que con tal de lograr su aprobación, Trump se deshiciese en atenciones hacia los graves problemas de esa comunidad. No hubiese sido la solución definitiva ni mucho menos, pero se hubiera producido un positivo y decisivo empujón hacia adelante. Poco debió importarles que razones movían al presidente porque los lideres y los verdaderos guías de masas buscan por encima de todo resultados. Pero no; los llamados líderes desaprovecharon la ocasión y supeditaron cualquier mejoría de su “gente” al papel de mastín guardián que les ha asignado la élite racista y clasista del partido demócrata; ese mismo que hasta hace no mucho estaba colmado de personajes del KKK y hoy se vende como el árbitro de la justicia social en nuestro país. Poco importa que Jamal esté condenado a vivir toda su vida en la misma desvencijada casa dentro de un vecindario infestado de drogas, desesperanza y desasosiego; los presuntos líderes odian más a Trump de lo que dicen amar a Jamal.

Los negros cubanos estamos en el ineludible deber de no copiar este vergonzoso ejemplo de mentalidad de plantación; debemos retomar lo mejor del espíritu indomito del 1895 y recuperar el protagonismo con que recibimos el siglo XX; estamos en la obligación de sacudir todo tipo de contaminación con el actual régimen dictatorial y garantizar que cualquier tendencia que exista en la isla mañana pase inevitablemente bajo el puente de la hermandad y la integración de todos los segmentos demográficos presentes. Dentro la infinidad de ventajas y virtudes que podemos copiar de nuestra patria americana el actual papel que juegan los lideres negros no cabe; sería suicida que permitiéramos que nos convirtieran en lacayos de tal o más cual partido.
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​TRAS EL CASTILLO DE MI PIEL

2/21/2019

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Por 1912

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Alguien un día de estos tendrá que abordar con sentido científico las estadísticas del comportamiento ideológico de los negros cubanos; tal esfuerzo para nuestra gente es en extremo difícil pues tendemos a embocar el derrotero del anécdota y el personalismo; cada uno de nosotros suele colocar su propia vida como ejemplo y se hace difícil llegar a conclusiones generalizadoras. Pero me atrevo a aventurar que a finales de 1958 los cubanos de piel más oscura que nutrían algún tipo de inquietud política se alineaban en dos grupos fundamentales: el PSP; los comunistas de antes que Fidel Castro secuestrara la etiqueta y el grupo en torno a Fulgencio Batista y Zaldivar o los “batistianos” como peyorativamente se les conoce. Por más que hurgo en mi mente no logro recordar una cantidad representativa de cubanos evidentemente negros en las filas del movimiento 26 de Julio, o los fidelistas.

A que pudiera deberse esta “apatía” o tibieza? Les diré lo que yo pienso: el PSP a pesar de ser en su proyección internacional un peón del PCUS y un fiel seguidor de la línea moscovita, mantenía en su comportamiento doméstico un perfil de colaboración, humanismo e incluso de un cierto mecenismo; no olvidemos que la estación de radio 1010 fue el ámbito de debut de no pocos artistas entre los que se cuenta nuestra Celia Cruz; si bien en la filosofía marxista no existe una actitud anti racista militante lo cierto es que el discurso de igualdad y de defensa de los humildes cautivaba la imaginación de los que a la sazón llevaban la peor parte. Por otro lado; el ascenso al poder del sargento taquígrafo de origen mestizo trajo consigo un reordenamiento en las Fuerzas Armadas a partir del cual no pocos humildes y olvidados cambiaron de status social. Atención; para determinados analistas esta revoltura forzada dentro del ejército y la desaparición de la rancia clase “militar” pudo haber sido un factor decisivo en la falta de conciencia de clase dentro del mundo castrense y haber creado el clima de corrupción y falta de identidad que eventualmente favoreció a los “barbudos”. Como quiera que fuere lo cierto es que entre batistianos y pesepeteros la media de la población negra cubana no parece haber encontrado mucho atractivo en la retórica violenta y apocalíptica del abogado oriental y con muy pocas excepciones presenció desde las gradas la llegada del Caligula Tropical al poder. Fidel Castro no se destacaba por su magnanimidad y creo que jamás nos perdonó nuestra indiferencia.

 No logro concebir que mecanismo se debe hacer activado en la mente de la población negra; pero mientras en la manigua del siglo anterior habían derrochado heroísmo y alcanzado los más altos grados del ejército mambi a excepción de Juan Almeida y unos cuatro o cinco más la cúpula de los militares luego de 1959 era conspicuamente “pálida” como pálido había sido el apoyo negro al proyecto fidelista. 

Tampoco se produjo un rechazo masivo al experimento de los Castro sobre la isla; más allá de la broma y el soslayado comentario se pudiera decir que la población negra se mantuvo al margen de la virulenta confrontación de los primeros años de la dictadura comunista y poco a poco fue cediendo al peso de las consignas y los estereotipos hasta llegar a abrazar la idea de que quien había forzado a negros ilustres a marcharse y encarcelado incluso a negros comunistas era el garante de la igualdad racial en la isla. Aceptamos como verídica la falacia de que Fidel nos había hecho ciudadanos de primera clase sin admitir la realidad de que se estaba produciendo una caída en la calidad de vida y las Libertades de todos los ciudadanos más allá del color de su piel. Pero los Castro jamás confiaron en nosotros; las posiciones de responsabilidad y la toma de decisiones siempre permanecieron bajo el control de la élite pequeño burguesa blanca.

Al pasar de los años los negros empezamos a comprender que nos habíamos jugado una mala pasada a nosotros mismos y que nos habíamos condenado a una suerte de limbo social en el cual no nos quería la elite comunista y no contábamos con apoyo de familiares fuera de Cuba porque optamos por quedarnos; solo después de 1980 y como a cuenta gotas, comenzaron a marcharse al exilio algunos negros cubanos y así llegamos a hoy; a pocos meses del 2020; las familias de “dirigentes” han logrado como por arte de magia reunir a sus miembros del lado norte del estrecho de la Florida; mal que bien están de nuevo juntos; olvidadas y sepultadas las diferencias de ayer; aquí no ha pasado nada y ante tal panorama se aprecian muy esparcidos dentro del tejido de la comunidad unos pocos negros cubano americanos; pero entre nosotros no parece haberse producido la jubilosa reunión; la enorme mayoría tiene poca o ninguna familia de este lado. Los negros cubanos estamos solos; terriblemente alejados de nuestros familiares en una soledad dentro de la que escuchamos solo nuestra propia voz; la palabra pesa y la pluma se agiganta; cabría preguntarse en qué recodo perdimos la brújula o que perverso gen nos obliga a ser centrífugos. Tras el castillo de mi propia piel recurro a memorias añejas y páginas amarillentas; epopeyas de otrora y héroes de ayer. Reclamo mi lugar sin demasiada vehemencia porque en el fondo me asalta la sensación de haber renunciado a él hace muchos años. Lo que parece estar condenado a morir sin respuesta es la pregunta de si la soledad me fue administrada o es auto infligida. Por ahora me aferro a mi piel con el irracional temor de que tras ella pudiera no haber nada
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RACISMO, HISTERIA Y EL PUTO DINERO

2/12/2019

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Por 1912

​De reciente se escucha con frecuencia la teoria de que la famosa aseveración de Marti sobre hombre más que negro, más que blanco, más que mulato ha sido un instrumento para someter a los cubanos de piel oscura. Y aquí inmediatamente deseo hacer una parada obligatoria y aclaratoria.
La afirmación es, a La Luz del tiempo transcurrido, desafortunada; pero no más que tantas otras así como tantas otras figuras de la historia; para mi es innegable que con palabras de Marti desde la Republica hasta la actual Junta que gobierna la isla han manipulado y desviado la atención de la población hacia derroteros menos álgidos garantizando así la perpetuación del odioso status quo, pero no creo que el apostol lo haya hecho con la intención de mantener sometidos a los negros sino, al contrario, llevarlos a una dimensión humana que las condiciones del imaginario de entonces les negaban.
Lo que en su momento fue un incluso revolucionario hoy es filosóficamente insuficiente y semánticamente nocivo; pero también lo será todo aquello que en este momento pronunciamos con sentido de infalibilidad y que el tiempo se encargará de convertir en obsoleto. 

El reto de evitar el presentismo y el revisionismo se yergue ante los negros cubanos y todos los estudiosos del tema. Los hombres no hacen más que responder a las condiciones históricas del momento que les toca vivir; se puede rescatar la disminuida y soslayada figura de Aponte sin con ello vilipendiar ni enfangar a José Martí; se puede reivindicar el derecho de cada raza sin demonizar planteamientos que en su momento cubrían torpemente a los de abajo con un velo de humanidad.

Resulta imperativo ser muy cuidadosas con determinadas tendencias que penetran las causas nobles y las tiñen con tonalidades mezquinas; resulta que ahora individuos que hasta ayer militaban en el partido comunista en Cuba se han convertido en implacables comisarios de la historia y dan un color sospechosamente púrpura a la retórica y al debate; silencio y extremismo de ayer se unen a la estridencia y el extremismo hoy para que cada cual cumpla el sueño de escuchar esa voz interna que permaneció callada por décadas. Cabría preguntarse que utilidad traen para los negros cubanos tales actitudes altisonantes. 

Cabría también preguntarse cómo es posible que voces más cuerdas y ponderadas no hayan dominado el discurso y el debate académico.
Un amigo anotaba con toda razón que la academia americana desea y estimula el análisis a raja tablas y que incluso los moderados repetían lo que pensaban se esperaba de ellos; triste realidad; en nuestra gran nación se vive en este minuto un momento de áspera polarización en el que lo de menos importante es el rigor histórico o el análisis certero; entre graves y agudos la canción es siempre la misma y los verdaderos problemas no encuentran solución.

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